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Muchas veces nosotros los DTs creemos que a mayor cantidad de pelotitas mejor será el rendimiento de nuestros players.
Lamentablemente no siempre es así, la historia de Severiano Bikendi lo confirma.
Su técnico era un ferviente creyente de YP, solo entrenaba sus juveniles en lo que este indicaba.
Severiano además, era su favorito, nadie pudo explicar el porque, pero siempre contó con el apañamiento de su manager no importa cual fuera su rendimiento.
A los dieciocho años y con tres YP encima, Severiano solo había entrenado en las habilidades que el había marcado, entradas, velocidad y resistencia.
Ni bien se convirtió en profesional fue incluido en el equipo titular, sus primeras actuaciones eran prometedoras en la estadística, promediaba entre 15 y 18 quites por partido y tenia 80% en entradas, pero en el simulador era otra cosa.
Severiano tenia 1 bola en control y ninguna en inteligencia, por lo que cada pelota que recuperaba la perdía irremediablemente ante la mera presencia de un delantero rival.
Su capacidad de quite era asombrosa, así que se decidió mantenerlo en el equipo titular pero se utilizaron técnicas alternativas, “uno de nosotros lo seguía de atrás, en cuanto recuperaba la pelota, se la sacábamos y salíamos de contra”.
Esto funciono un tiempo, pero a medida que Severiano ganaba pelotitas en entrabas iba perdiendo la noción de equipo, “no tenia muchas luces, entonces se la sacaba a cualquiera, compañero o rival, así que cuando la teníamos nosotros le debamos charla o le poníamos minas en bolas al costado de la cancha que se tapaban cuando la perdíamos”.
Esto tampoco funciono por mucho tiempo, cuando Severiano llego a 10 perdió completamente la razón, no distinguía camisetas, solo quería recuperar la pelota.
“Era un infeliz y el técnico lo apañaba, corría atrás de la pelota como un nene, pero como tenia 10 en entradas era un intocable”.
Una vez maxeado en entradas comenzó a entrenar velocidad y resistencia, y aquí hubo otro problema.
“Severiano tenia muchas condiciones pero no entendía el juego, el solo quería marcar, no entendía nada de fútbol, algunos le dijimos al técnico que lo ponga en inteligencia pero decía que no, que el YP decía entradas, velocidad y resistencia”.
Los partidos vistos por el simulador eran insoportables, Severiano aparecía en todas las jugadas intentando recuperar la pelota, solo podía jugarse algo de fútbol en el 2° tiempo cuando se cansaba.
Sin embargo Severiano entrenaba a buen ritmo y llego a tener 9 y 9 en velocidad y resistencia, lo que significó el fin del fútbol en los partidos en los que participaba.
Los partidos era una sucesión de quites insoportable, recuperaba Severiano e inmediatamente la perdía, la recuperaba y la perdía, durante los 90 minutos corría de área a área, impedía cualquier tiro al arco, los partidos terminaban siempre en un 0-0.
Cuando empezó a entrenar control la cosa cambio, llego a 8 en esa habilidad, los partidos dejaron de ser una sucesión de quites pera convertirse en una maratón, los 21 jugadores corrían detrás de Severiano intentando quitarle la pelota.
Finalmente y a los 31 años su técnico decidió que era necesario que entrene inteligencia, tardo en entrenar, ya era grande y no tenia el ritmo de antes.
Cuando gano su primer pelotita en inteligencia, Severiano comprendió todo, entendió cual era el significado del fútbol, divertirse, compartir, poner el bien general delante del individual.
Él había sido mezquino y egoísta, no había utilizado su talento para el bien de sus compañeros, sino para su propio fin.
Severiano dejo el fútbol, ya no busca recuperar la pelota, hoy busca recuperar su vida.


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